Los alumnos de ESO y Bachillerato del Colegio hemos comenzado el día mundial de la paz con un acto común en el salón de actos donde se ha proyectado el vídeo ganador del I Certamen de Vídeos por la Paz. En este certamen han participado los alumnos de Bachillerato. Las alumnas ganadoras han presentado el vídeo y han motivado el acto con un manifiesto por la paz y una oración. Enhorabuena a todos los participantes del certamen y a las alumnas Paula Fernández, Ana Mateu y Ling Lu Seco por su gran trabajo. Os compartimos el texto del manifiesto y el vídeo ganador.
MANIFIESTO DÍA DE LA PAZ
Paz no es lo contrario de guerra, sino de odio y rencor: Por eso la paz es frágil, se rompe con facilidad. Basta una mala mirada, una equivocada interpretación de una palabra para que “salte por los aires” y estalle en mil pedazos. De hecho, muchas veces la perdemos sin darnos cuenta.
La paz comienza siempre por valorarse y quererse uno a sí mismo, descubrir todo lo bueno que hay en ti y en los demás y hacerlo visible al mundo. Si una persona no se valora a sí misma, acumula en su interior violencia que termina por salir al exterior y contagiar. Es necesario y urgente empezar por detalles concretos como este para poder terminar de recorrer ese camino que conduce al maravilloso sueño de la paz.
Luchar por construir la utopía de la paz es hacerla cotidiana en nuestra vida. No es hacer grandes cosas, ni manifestaciones llamativas. Es suficiente con sonreír y contagiar esa sonrisa para conquistar a la gente que tenemos más cerca y pacificar nuestro entorno: en los pequeños detalles de cada día, de una manera imperceptible, preparamos el cemento que hace posible generar una cultura de paz. Porque arreglar el mundo es una tarea compleja, pero, estos pequeños gestos cotidianos están al alcance de todos y son necesarios.
ORACIÓN:
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, yo ponga amor.
Que donde haya ofensa, yo ponga perdón.
Que donde haya discordia, yo ponga unión.
Que donde haya error, yo ponga verdad.
Que donde haya duda, yo ponga Fe.
Que donde haya desesperación, yo ponga esperanza.
Que donde haya tinieblas, yo ponga luz.
Que donde haya tristeza, yo ponga alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, como consolar,
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.
Porque dándose, se recibe,
olvidándose de sí mismo, uno se encuentra a sí mismo,
perdonando, se es perdonado,
muriendo, se resucita a la vida eterna.
San Francisco de Asís