“Tú pusiste límites a la tierra; creaste el verano y el invierno” (Salmos 74,17)
Si hay un libro que refleja muy bien cualquier estado emocional en que se puede encontrar el ser humano, ese es el de los Salmos. Estos poemas cantados reflejan alegría y dolor, esperanza y desilusión, fortaleza y angustia, solidaridad, pero también soledad. Muchas personas se han sentido comprendidas y reconfortadas leyendo lo que los salmos cantan. De alguna manera, percibimos que no somos los únicos que hemos pasado por esa situación; y es precisamente esa empatía, aunque sea “textual” la que nos hace mirar un poco más allá de nosotros mismos para terminar levantando la mirada y decir, a veces con pocas fuerzas, un sencillo pero necesario gracias. Desde el colegio no queremos cerrar este curso sin esta importante palabra: ¡gracias!
No cabe duda de que el esfuerzo que todos hemos llevado a cabo durante este curso ha sido abrumador. De igual manera que la mascarilla nos dificulta la respiración, esta crisis del COVID-19 nos ha agobiado al imponernos una mascarilla “académica, intelectual, familiar, laboral, etc” que nos ha condicionado a la hora de desarrollar con normalidad la rutina a la que estábamos acostumbrados.
Sin embargo, gracias a la colaboración y el esfuerzo de toda la comunidad educativa, gracias al apoyo de las familias, gracias a la intercesión de nuestras religiosas, y gracias a todos los profesionales de cualquier ámbito (sanitarios, cuerpos de seguridad, servicios, comercio…) hemos sentido bocanadas de aliento y ánimo que nos han permitido llegar a la meta con éxito.
Este curso 19/20 pasará a la historia como el primero en que se suspendieron las clases durante más de tres meses. El primero en el que se emprendió en nuestro colegio algo que no se había hecho nunca antes: la enseñanza a distancia y online. Por todo y por todos, gracias de corazón.
Oficialmente, estamos en verano. Son días de mucho calor. El mismo sol que derrite el hielo, endurece la arcilla. Los elementos cambian según la naturaleza de la que están compuestos. Sin embargo, en medio de todos los cambios, los buenos y los malos, hay Alguien que no solo permanece fiel a su palabra sino que además establece límites. Así lo afirma el salmista cuando afirma:
“Tú pusiste límites a la tierra; creaste el verano y el invierno” (Salmos 74,17). Nosotros cambiamos pero Él permanece fiel. Más allá de que lo podamos comprender o no, le importamos mucho a Dios. Hasta aquí, Él nos ha ayudado y, sin duda, continuará haciéndolo.
Todos deseamos que septiembre sea un mes en donde las clases se reanuden con total normalidad; y por eso, antes de cerrar el curso 19/20, ya estábamos trabajando en la planificación del siguiente.
Queremos mirar hacia adelante con esperanza e ilusión; con la alegría de saber que somos privilegiados porque estamos aquí, aunque a veces suponga enfrentar inesperados retos y nuevas dificultades. Nos alegra saber que no estamos solos, que todos caminamos juntos. Con la alegría de reencontrarnos en septiembre, os deseamos un verano repleto de aire fresco y descanso alrededor de vuestros seres más queridos.
¡Feliz cierre de curso 19/20! ¡Feliz verano! ¡Felices vacaciones!