Querida familia del Santísimo Sacramento:
Ya está aquí la Semana Santa. Son días deslumbrantes. Nos vamos a sentir impresionados por la belleza de las celebraciones, la expresividad de imágenes que hablan sin palabras, el rotundo mensaje del silencio en las procesiones y en el templo… Sí, son días hermosos los de la Semana Grande.
Ya sabéis que celebramos el mayor gesto de amor de la Historia: Dios no le ahorra a su Hijo el sufrimiento y la cruz con tal de dejarnos claro hasta dónde llega la fuerza de su amor por cada hombre y cada mujer de este mundo. Ése es el mensaje. Recordamos año tras año que Dios te ama con una fuerza irrefrenable, con una pasión sin límites. Que Dios te conoce por dentro y le gustas. Que está cerca de ti y de los tuyos, buscando siempre tu complicidad.
Nos son días de tragedia, sino jornadas luminosas. Al tercer día resucitó, y desde entonces vivimos en un mundo habitado por Dios. Son mañanas, tardes y noches consagradas a la misericordia de Dios, que te ayudará a repasar tu vida, a reconocer tus errores, a pedir perdón por ellos y a celebrar tus aciertos en la vida.
Querida familia, la Semana Santa es un tiempo de Dios. Sabemos que muchos de vosotros, los que podáis, aprovecharéis para descansar, para visitar vuestros pueblos y a vuestras gentes, para cambiar la rutina del día a día. Y que otros muchos tendréis que seguir cumpliendo con vuestras obligaciones, sin apenas tiempo para el relax. Sea como sea, os queremos invitar a reservar un tiempo para Dios: un tiempo para rezar, para meditar en el Evangelio, para disfrutar de una buena película que os recuerde los acontecimientos que celebramos, para acudir a las celebraciones de la fe en el templo y en las calles. Sólo así será de verdad Semana Santa en cada uno de nuestros corazones. Y no olvidéis regalar vuestro cariño de una manera especial a nuestros alumnos, vuestros hijos. Estaría genial dedicarles un tiempo extra en el que hablar de sus dificultades y sus ilusiones, de sus problemas y sus logros. Apartados de la intensidad del día a día en el colegio, seguro que las cosas se ven distintas, con más optimismo, con más esperanza.
Feliz Semana Santa, querida familia. Os tenemos muy presentes en este tiempo y estaremos rezando por vosotros. Y le pediremos a Dios que se cuele en las rendijas de vuestra vida como sólo Él sabe hacerlo, aprovechando la sed de verdad, de serenidad, de belleza, de amistad que cada uno atesora en su corazón.
Están aquí los días grandes, en los que Dios se regala de una manera muy especial. Llegue a cada uno de vosotros nuestro abrazo más sincero. Y el cariño de la comunidad de religiosas que vela por nuestro colegio. Todos nos sentimos unidos, familia que afronta juntos el reto de crecer como personas y como hermanos.
Feliz encuentro con el Señor os deseamos todos los que tenemos el privilegio de colaborar con vosotros en la educación de vuestros hijos.
Carmelo Pérez. Capellán