Dar sin esperar nada a cambio es una de las acciones que más felicidad origina. Todos podemos dar algo, y no tiene que ser, necesariamente, dinero. A veces supone una acción sencilla, como por ejemplo, ceder el asiento en el autobús o el paso en la fila del supermercado a alguien que lleva poca compra. Otras veces, puede que requiera más tiempo o recursos, pero, en cualquier caso, parece que hay una ley universal que dice que hay más bendición en dar que en recibir. De hecho, el que da, da porque puede, porque tiene. Observa el siguiente vídeo.
Desde el colegio comprobamos año tras año la alegría que da a nuestros alumnos participar en actividades solidarias. Hoy queremos hablar de la obra social que nuestras religiosas llevan a cabo en “Cachito de cielo”.
Un poco de historia
La Casa situada en San Lucas nº 7 fue inaugurada por Mª Emilia Riquelme, fundadora de las Misioneras del Santísimo Sacramento y Mª Inmaculada. Llamada la Capilla, por el barrio “Cachito de Cielo” desde 1911. Susana Ramos, entonces General, (llamada M. Caridad) apoyó totalmente esta misión.
Cada día preparaban bocadillos para dar a quienes se acercaban. Diez, veinte, treinta, cincuenta, … y así cada hasta 200… 300…
Muchos de los que se acercaban pudieron rehabilitarse gracias al trato que las hermanas tenían con ellos y también haciendo un proceso de encuentro con Dios hasta ser colaboradores y voluntarios de la obra.
El P. Javier Repullés, sj., con ese amor a los pobres que siempre le caracterizó, ayudó e impulsó muchísimo, también con ayudas económicas y voluntarios de sus grupos.
En el año 2011 centenario, la Obra Social se ha trasladado a la calle Monte Esquinza nº 29, pues el espacio en la calle San Lucas ha quedado insuficiente y en estas nuevas instalaciones se ofrece mayor amplitud para la atención a nuestros hermanos.
En la actualidad
Unas 650 familias al mes recogen alimentos. El reparto se divide en ocho grupos dos días a la semana. Además, cada día asisten entre 300 y 400 personas para desayunar. Los domingos se alcanzan las 500. El 90% de estas personas duermen en la calle; otros en albergues, o solos con una mínima pensión que solo les llega para pagar una habitación compartida. Como ves la necesidad es grande.
Desde el colegio
Estamos encantados de que toda la comunidad educativa se involucre para ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio. Este año el lema es #unsolocorazónCSS. Son muchas las familias, los alumnos y los profesores que han “unido su hombro” al de nuestras religiosas para ayudar en esta obra social. La necesidad es grande, pero nuestra comunidad también.
Juntos, podemos ayudar a muchas personas que lo necesitan.
¿Te gustaría ser voluntario? ¿De qué otras maneras puedes colaborar? Si deseas ver algunas imágenes más sobre esta gran obra.